Sí, lo está. La derecha tiene la mayoría de medios de comunicación a su disposición. Tiene a los poderes económicos a su favor. Hasta tiene el 45% de intención de voto. Pero igual andan desesperados.
El Apra se quiere unir con el PPC y usarlo de tonto útil. Es un modo de lavarse la cara con el partido "popular" "cristiano".
El PPC, que ni aparece en las encuestas y que debe tener un 2%, es capaz de aliarse con un partido corrupto que en sus dos gobiernos perpetró crímenes de lesa humanidad, robó cuanto quiso, liberó narcotraficantes, etcétera. Su excusa es: olvidemos el pasado y veamos el futuro. Lindos, ¿no? Para el PPC se pudo haber asesinado y robado, pero eso es cosa del pasado. Muy cristianos, el tema del perdón y todo ese floro. El PPC es consciente de que solos no ganan ni una Apafa. Saben que aquí podrían perder la inscripción y que recuperarla sería una tarea titánica casi imposible. ¿Sorprende? No, para nada.
El fujimorismo está pasando piola y con su casi 30% de intención de voto se sienten ganadores. Pero, y son conscientes de ello, ese otro 30% de indecisos les puede jugar en contra, como en las elecciones pasadas. Aunque parecen confiados, no se duermen en sus laureles. Las declaraciones de su bancada denotan desesperación. Y cuando la campaña empiece y salgan, una vez más, los trapitos asquerosos de Keiko y compañía a la luz, la corrupción probada de las esferas que acompañaron al asesino de Fujimori y que es cúpula dirigencial actual, etcétera, ni todo el grupo Comercio los va a poder salvar.
Ah, y todos andan preocupados por la izquierda 1%. La izquierda es un potencial peligro para la derecha. Siempre. Ok. Quizá no pase el 5%. Quizá pueda haber un "milagro" y llegar a segunda vuelta gracias a ese cautivo 30% que llevó a Humala a Palacio. Bien, bajo ese segundo quizá es que se está manejando la estrategia de la derecha. Ya vimos a la tonta útil de Leiva haciendo una entrevista rasera y malintencionada a Verónika Mendoza. Una semana se han pasado los medios dándole con palo a Vero, mientras que de las relaciones del Apra y el fujimorismo con el partido comunista chino que dirige una dictadura de facto, ahí sí ni pío.
Pues, así las cosas, la izquierda podría aprovechar y aprender de la confianza/sospecha de la derecha para con la propia izquierda. Aunque ella se ubique en el 1%, no es un actor político desdeñable. Si la izquierda ve ese potencial que tiene, que la derecha sí ve, aunque traten de ningunearla, podría hacerla linda con una estrategia electoral bien planteada. Esto es, dejando de lado el comunismo dogmático, ese de los que creen que aún estamos en plena guerra fría y que los gringos son malos por naturaleza, ese discurso rancio que aún sueña con la lucha de clases guiada por el partido.
Superar el discurso trasnochado comunista y el dogma de la unidad (con recuerdos a frijolito); superar el dogmatismo hippie, antimoderno, estatista, antiempresa, etcétera; superar el típico discurso ellos (fujimoristas, apristas, pepekausas, confiep) son los malos, estrategia que no ha funcionado; superar las peleas internas y empezar a ser realistas [tienen el 1% de intención de votos, ¡jelou!]; superando todo ello, teniendo una propuesta atractiva –que la hay, pero que falta ser mejor comunicada– más la identificación de un adversario que la población pueda identificar fácilmente, que no puede ser "la derecha" así en abstracto, todo ello es el único modo en que ese cautivo 30% se podría aprovechar y ahí sí la derecha va a estar muy, pero muy desesperada.
(Foto de portada: El Comercio)
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