Volví a Gamarra luego de dos años y más. Es cierto que el comercio ambulatorio debe ser formalizado para el bien del trabajador/a y no del gobierno y que eso traerá mayor bienestar y salubridad como mejor espacio de trabajo que favorecerá a vendedores y usuarios. Chévere hasta ahí. Sin embargo lo que hace el aporófobo de Forsay, con su escudera Susel, es llevar más al fondo de la pobreza a las personas que sobreviven de ese trabajo. Odio purito al pobre. Lucha de clases.

[casi] Nadie se despierta y dice: “puta, uón, quiero ser ambulante, alushina”. Peor aún en las condiciones en que las cosas están dadas. Aún así eso no quita que la persecución al pobre, bajo el maquillaje de formalización y poner en orden un distrito caótico, es lo que se viene dando con Forsay.

Mientras veía la calle Von Humboldt llena de ambulantes, el piso sucio sobre suciedad y charcos de agua sobre agua estancada, con olores de todo tipo, y unos jeans a 25 soles (hay buenos modelos, amiga, hay tallas, aproveche; en serio, vayan), pensaba en cómo le dibujaría una sonrisa a los aporófobos que toda esa zona esté impecable como Larcomar o algún lugar de alta alcurnia mercantilista de ese estilo. No digo que todo siga en el caos reinante y la suciedad imperante en que se encuentran, pero tampoco creo que aplicar la inmaculada moral oligarca miraflorina sea el non plus ultra y solución cultural para Gamarra.

La solución pasa por una organización con la gente misma. No por quitarles su única fuente de ingresos. ¿En serio eres tan conchatumare para decirle a la señora sentada con sus tunas que no puede estar ahí? ¿De verdad le quieres decir al chico que vende sus politos Lacost que no se ponga ahí? ¿No pueden vender calzones buenos, bonitos y baratos las chicas en la calle? ¿Y los marcianos, y los huevitos de codorniz, y las toallas a 10 soles, y los juanes, y los cambistas, qué hacen con tanta gente que vive de eso?

Es bien cómodo [y bien pendejo] estar a favor de que se prohíban los ambulantes en Gamarra cuando no trabajar un día no significa nada para ti, mascota. Pero no cuando el trabajo de un día es que tus hijos e hijas coman esa noche. Imbécil. Si piensas así, haznos el favor de dejar de quitarnos oxígeno. Lo que nos muestra la situación del distrito de La Victoria de Lima es que la lucha de clases está más activa y actual que nunca y que las condiciones para un socialismo se van abriendo paso. Faltan las condiciones subjetivas. ¿Estaremos los materialistas a la altura de tal proceso?


Foto de portada: Perú.21

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Forsay la tiene clara:

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